La Era Milei: ¿Un Cambio Real?

Para el mago del Kremlin, Dios le ha dado la espalda al presidente devenido en emperador. El presidente Milei, como el hombre que ha perdido la fe en sí mismo y en su pueblo, se ha convertido en un emperador sin súbditos. La pérdida de aprobación de la mayoría lo ha llevado a actuar de manera impulsiva y autoritaria, sin considerar las consecuencias de sus acciones.

El joven estratega pasa sus horas pensando en cómo revivir a ese muñeco de trapo que no logró hacer bajar los precios sin tener que acudir al conocido plan kirchnerista “precios cuidados”. Aunque como manotazo de ahogado manda a su ministro de economía a denunciar subas de precios incomprobables, utilizando una retórica muy parecida a la del abuelito amarrete.

Se molesta porque el ingeniero Macri, que sabe cómo se negocia al mejor estilo del cartonero Baez, le dice desde los medios que el cambio está perdiendo su ritmo.

En materia de trenes metropolitanos, la cosa sería así: Cristina le dio el ok a Randazzo con la SUBE, los trenes volvieron a la órbita del estado nacional, y comenzó una etapa de obras para recomponer este transporte público. Macri terminó la electrificación del tren Roca, su ramal Constitución-La Plata, haciendo que en minutos se llegue a la capital bonaerense. Se invirtió mucho en puesta en valor de las estaciones de tren, se comenzó una tremenda obra del Belgrano Sur con el viaducto en el barrio de Pompeya que seguiría hacia Plaza Constitución. Alberto, el peor presidente de la historia, continuó las obras aunque en menor medida. Y Milei? Paró todo.

Javier Milei no es ni desarrollista ni gestor. No le importa el precio de las cosas, no le importa si la gente viaja bien, mal o para el culo. Es un hombre sumido a sus pulsiones, hoy es contra el productor agropecuario, mañana el kirchnerismo, pasado la prensa.

Pero para gobernar no solo alcanza con una motosierra, licuar, tener bien al planerismo, elegir las AUH antes que los jubilados.

Le recomendé que necesitaba un nuevo relato, una épica ciudadana. Se lo encomendó al joven Caputo, al que se le ocurrió una transversalidad al estilo Néstor que fue de la izquierda a la centro izquierda. ¿Pero podremos ver realizada la épica de la transversalidad que va del centro a la derecha, cuando las bases son el brazo armado del presidente? En vez de símbolos que están atesorados en el corazón de los argentinos como lo son abuelas y son treinta mil, o nunca más, ¿apelarán a lo peor de nuestro pasado donde el terrorismo no era solo el del estado dictatorial, apelando a frases tan violentas como zurdos corran, bala, falcon verdes, no son 30 mil, o el proceso se quedó corto?

Creo que hoy muchos compartimos las preocupaciones del mago del Kremlin. Salí de ahí maravilla.

Vamos a lo importante

La figura del presidente Milei se ha convertido en un enigma para muchos argentinos. Mientras algunos lo ven como un líder innovador y disruptivo, otros lo perciben como un gobernante autoritario y desconectado de la realidad.

En su gestión, Milei ha demostrado una tendencia a actuar de manera impulsiva, sin considerar las consecuencias de sus acciones. Su enfoque en la economía ha sido objeto de críticas, y su relación con la prensa ha sido tensa. Algunos han señalado que su estilo de gobierno se asemeja más al de un líder autoritario que al de un líder democrático.

En cuanto a las políticas públicas, la gestión de Milei ha sido objeto de debate. Algunos han cuestionado su decisión de parar las obras en los trenes metropolitanos, mientras que otros han apoyado su enfoque en la reducción del gasto público. La pregunta es si este enfoque es sostenible a largo plazo y si beneficiará a todos los sectores de la sociedad.

La búsqueda de un nuevo relato y la idea de transversalidad son temas que han sido discutidos en la política argentina. Algunos han visto en la transversalidad una oportunidad para construir un consenso y encontrar soluciones a los problemas del país. Sin embargo, otros han cuestionado si este enfoque es viable en la práctica.

En este contexto, es importante reflexionar sobre el papel del liderazgo en la política argentina. ¿Qué tipo de liderazgo necesitamos para abordar los desafíos del país? ¿Cómo podemos construir un consenso y encontrar soluciones que beneficien a todos los sectores de la sociedad?

Estas son preguntas que requieren una reflexión profunda y un debate informado. La figura del presidente Milei y su gestión pueden ser un punto de partida para esta reflexión, pero es importante considerar diferentes perspectivas y enfoques para encontrar soluciones efectivas.

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